sábado, 20 de febrero de 2010

Lección 9: El fruto del Espíritu es mansedumbre / Para el 27 de febrero de 2010


Sábado 20 de febrero.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 50:20; Mateo 5:5; 11:29; Romanos 12:3; Gálatas 6:1; Filipenses 2:2, 3; 1 Pedro 3:4.

Para Memorizar: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:5).

La mansedumbre es un fruto del Espíritu que se ha perdido mucho en nuestra cultura agresiva y egocéntrica. Por cuanto la gente la asocia con la debilidad, la mayoría no admira a otros por ser mansos. Pero hemos sido llamados a ser mansos.

¿Qué es la mansedumbre? Es una actitud de humildad hacia Dios y de amabilidad hacia las personas. Es cuando reconocemos que Dios está en el control y que podemos confiar en él, aun cuando las cosas no sean como nos gustaría que fueran, lo que sucede a menudo. Para ser manso se necesita confianza, no en uno mismo, sino en Dios.

Aunque la debilidad y la mansedumbre pueden parecer similares, no lo son. La debilidad es debida a circunstancias negativas, tales como falta de fuerza o de valor, palabras que no describen a Jesús, quien dijo: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mat. 11:29). La mansedumbre, más bien, es el resultado de la elección consciente de una persona de confiar en Dios y apoyarse en él, en lugar de seguir los caminos propios. De modo que la mansedumbre surge de la fortaleza, no de la debilidad.


Manso y humilde de corazón.
Domingo 21 de febrero

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mat. 11:29). ¿Qué nos está diciendo Jesús aquí? ¿De qué modo ser mansos y humildes de corazón puede dar descanso a nuestras almas?

La mansedumbre es abandonar absolutamente toda lucha por nuestra agenda y creer que Dios luchará por nosotros en favor de su agenda. La mansedumbre es lo opuesto a la arrogancia y al egoísmo. Surge de la confianza en la bondad de Dios y en su control sobre la situación. La persona mansa no está ocupada con el yo (ver Luc. 22:42), y esa actitud es clave para la promesa de encontrar reposo para nuestras almas. Después de todo, nuestra agitación y perturbación ¿no se deben muy a menudo a que buscamos solamente nuestro propio beneficio? En el sentido más verdadero, entonces, una persona mansa es alguien que ha aprendido a morir al yo, y que tiene fe, valor y perseverancia, rasgos que el mundo no necesariamente asocia con la mansedumbre.

Lee Romanos 12:3. ¿De qué modo la idea de la mansedumbre está representada aquí? ¿De qué modos esta es la clave para ser manso?

Efesios 4:2 es otro texto que nos ayuda a comprender lo que es la mansedumbre. Nota cómo está relacionado con Romanos 12:3: ambos textos enfatizan, cada uno a su manera, por qué la arrogancia y el egoísmo son contrarios al caminar del cristiano. Después de todo, ¿por qué un cristiano habría de ser arrogante? ¿No somos todos pecadores? ¿No estaríamos todos condenados a la destrucción eterna si no fuera por Jesús? ¿No dependemos todos de Dios, completamente, para cada respiración, cada latido del corazón? ¿No proceden todos nuestros dones y talentos de Dios? ¿De qué podemos enorgullecernos? ¡De nada! En efecto, considerando todo lo que costó salvarnos, los cristianos deberíamos ser las personas más mansas y humildes de la tierra.

Piensa en cuán absolutamente dependiente eres de Dios para todo. ¿De dónde, entonces, proviene ese orgullo y en arrogancia en tu corazón, y cómo puedes eliminarlo, de ti?


Modelos de mansedumbre.
Lunes 22 de febrero

¿Recuerdas las crisis que afrontó Abrahán al decidir con su sobrino Lot cómo dividir la tierra? (Ver Gén. 13:8, 9.) Siendo que Dios le había prometido hacer de su descendencia una gran nación, ¿cuál podría haber sido la justificación de Abraham para tomar la mejor parte para sí? En cambio, Abraham le permitió a Lot elegir primero, y dijo que él tomaría lo que quedara. ¿De qué modo esto fue una característica de mansedumbre?

Conocemos la historia de José cuando fue vendido como esclavo a Egipto por sus hermanos. Luego ellos fueron a él, que era el segundo en el gobierno de Egipto, y suplicaron que se les permitiera comprar alimentos (Gén. 45). ¿De qué modo la mansedumbre de José determinó su trato para con sus hermanos? Si no hubiera sido manso, ¿qué habría hecho él? ¿De qué modo Génesis 50:20 es un ejemplo de la visión del mundo que tienen aquellos que son mansos?

Siendo joven, David fue ungido para ser el siguiente rey de Israel. El rey Saúl se puso increíblemente celoso y durante años persiguió a David y sus hombres con la intención de matarlos. En dos ocasiones David tuvo la oportunidad de matar a Saúl (1 Sam. 24:3-7; 26:7-12). Si David no hubiera sido manso, ¿cuál podría haber sido su racionalización para matar a Saúl? ¿Por qué es tan fácil para nosotros usar una excusa espiritual para hacer algo en nuestro propio beneficio?

En Números 12:3 se describe a Moisés como el hombre más manso de su tiempo. Aun así, algunas de sus acciones no parecen encajar con el concepto popular de mansedumbre. Su demanda de que el Faraón dejara ir a Israel era fuerte, y fue seguida de acciones. Cuando Israel adoró el becerro de oro, su “irá ardió” y, tomando el becerro, lo quemó, lo molió hasta hacerlo polvo, e hizo que ellos lo bebieran (Éxo. 32:19, 20). ¿Cómo hemos de entender la mansedumbre de Moisés?

Jesús es el mayor modelo de mansedumbre (Mat. 11:29). ¿Cuáles son algunos ejemplos de su mansedumbre? ¿Cómo se reveló su mansedumbre en Juan 18:21 al 23? ¿O qué diremos acerca de Mateo 26:39? Al mismo tiempo, encontramos ejemplos de Jesús haciendo cosas que no parecen ser muy mansas, como cuando expulsó a los cambistas de dinero del templo, o las veces que confrontó a los fariseos y a otros por su hipocresía. ¿De qué modo estos ejemplos nos ayudan a entender que la mansedumbre puede manifestarse, a veces, en maneras muy valientes?

¿Qué encuentras en común en estos ejemplos de mansedumbre? ¿Qué puedes aprender de ellos que te ayude a comprender lo que es la mansedumbre y lo que no es?


La importancia de la mansedumbre.
Martes 23 de febrero

“Buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová” (Sof. 2:3). La mansedumbre es lo opuesto al orgullo. Hoy hay mucho énfasis en la importancia de tener autoestima. ¿En qué momento la autoestima da el salto y se convierte en orgullo?

La mansedumbre es necesaria para recibir la Palabra de Dios. “Recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas” (Sant. 1:21). Una persona que no tiene un espíritu humilde no puede recibir la Palabra de Dios porque hay un conflicto de intereses. ¿Por qué esto es así?

La mansedumbre es necesaria para una testificación eficaz. “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Ped. 3:15).

“Nuestra influencia sobre los demás no depende tanto de lo que decimos, como de lo que somos. Los hombres pueden combatir y desafiar nuestra lógica, pueden resistir nuestras súplicas; pero una vida de amor desinteresado es un argumento que no pueden contradecir. Una vida consecuente, caracterizada por la mansedumbre de Cristo, es un poder en el mundo” (DTG 115).

La mansedumbre da gloria a Dios. Primera de Pedro 3:4 dice: “en el incorruptible ornado de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”.

“Es correcto amar lo bello y desearlo; pero Dios desea que primero amemos y busquemos las bellezas superiores, que son imperecederas. Ningún adorno exterior puede ser comparado en valor o belleza con aquel ‘espíritu afable y apacible’, el ‘lino finísimo, blanco y limpio’ (Apoc. 19:14) que usarán todos los santos de la tierra. Esas ropas les conferirán hermosura y atractivo aquí, y serán en el futuro la credencial que les franqueará la entrada en el palacio del Rey. Su promesa es: ‘Y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos’ (Apoc. 3:4, VM)” (HAp 432).

¿De qué modo hacer énfasis en la belleza exterior está en conflicto potencial con el desarrollo del fruto del Espíritu, específicamente el de la mansedumbre? A medida que el fruto crece en ti, ¿de qué modo tu vida debería ser diferente de como era antes? En el área de la mansedumbre, ¿Qué cambios has visto en tu vida desde que aceptaste a Cristo? ¿Qué actitudes puedes estar albergando que te hacen difícil ser manso?


Practicar el fruto de la mansedumbre.
Miércoles 24 de febrero

La mansedumbre se manifestará en cómo nos relacionamos con otros. Es decir, es algo activo, algo que se revelará en nuestras palabras, actitudes y acciones. Puedes pensar que eres manso, pero eso no necesariamente significa que lo eres. Ser manso es manifestarlo.

¿De qué modo los versículos siguientes muestran cómo la mansedumbre ha de ser revelada en nuestras vidas? ¿Por qué la mansedumbre es tan importante en estas situaciones? Mat. 5: 39: Mat. 18:21-22; Gál. 6:1; 2 Tim. 2:24, 25; Tito 3:2; Fil. 2:2, 3.

Como hemos mencionado, la mansedumbre se asocia equivocadamente con la debilidad. Pero de ninguno modo es eso. De hecho, repasa los versículos que consideramos hoy. ¿Puedes ver que se requiere fortaleza, y fuerza moral y espiritual para revelar mansedumbre en la mayoría de esas situaciones?

Por supuesto, si la mansedumbre es el fruto del Espíritu, es algo que nos viene de Dios y no de nosotros mismos. No obstante, necesitamos entregarnos diariamente al Señor y tener la disposición diaria de obedecer con fe, a fin de que esto se manifieste en nuestras vidas.


La recompensa de los mansos.
Jueves 25 de febrero

E. D. Hulse dijo: “La humildad es una cosa extraña. En el momento en que piensas que la obtuviste, la perdiste”.

Un pueblo pequeño quería reconocer y recompensar a su ciudadano más manso. Se hizo una encuesta en esa pequeña comunidad, y se identificó a esa persona. En una ceremonia a la que asistieron todas las personas importantes, al ciudadano más manso se le entregó una cinta en la que estaban impresas las siguientes palabras: “El Hombre más Manso del Pueblo”. Sin embargo, al día siguiente tuvieron que retirarle la cinta ¡porque la estaba exhibiendo!

¿Cómo entiendes las promesas y recompensas mencionadas en los siguientes textos? Sal. 22:26; Sal. 25:9; Sal. 37:11; Sal. 147:6; Isa. 29:19; Mat. 5:5.

Estos versículos son consoladores porque hay ocasiones cuando la gente se aprovecha de los mansos. Pero hemos aprendido en este estudio que una persona mansa no está preocupada por elevarse a sí misma ante los hombres, sino que más bien desea elevar a Dios. Como resultado, Dios promete exaltar al que es manso. Las recompensas pueden ser experimentadas tal vez ahora pero, muy ciertamente, en el nuevo cielo y la nueva tierra de la eternidad.


Para Estudiar y Meditar.
Viernes 26 de febrero

“No hay que ocultar a Cristo en el corazón y encerrarlo como un tesoro codiciado, sagrado y dulce, para ser disfrutado únicamente por el que lo posee. Debemos tener a Cristo en nuestro corazón como una fuente de agua que salta para vida eterna, que refresca a todos los que se ponen en contacto con nosotros. Debemos confesar a Cristo abiertamente y con valor, y demostrar en nuestro carácter su humildad, mansedumbre y amor, hasta que los hombres experimenten el encanto de la hermosura de la santidad. La mejor forma de preservar nuestra religión no es colocarla en una botella, como si fuera perfume, para que no se escape su fragancia” (CSS 397).

“La paz de Cristo, esa paz que el dinero no puede comprar, que el talento no puede conseguir, que el intelecto no puede obtener es el don de Dios. La religión de Cristo: ¿cómo podría hacer que todos comprendieran su gran pérdida si dejaran de obedecer sus principios santos en su vida diaria? La mansedumbre y humildad de Cristo es el poder del cristiano. Es en realidad más precioso que todas las cosas que el genio puede crear o la riqueza pueda adquirir. De todas las cosas que se buscan, que se anhelan y se cultivan, no hay nada tan valioso ante la vista de Dios como un corazón puro, una disposición llena de agradecimiento y de paz” (CSS 400, la cursiva fue añadida).

Preguntas Para Dialogar:

1. Dios promete aumentar el gozo en la vida de los que son mansos. ¿Por qué crees que las personas mansas pueden ser alegres? Sugiere varias razones. ¿De qué modo el cultivar el fruto del Espíritu que es mansedumbre mejorará tu vida diaria?

2. ¿En qué formas la mansedumbre puede ser mal entendida como debilidad?

3. Todo este análisis de la mansedumbre plantea una pregunta importante: los cristianos ¿nunca deben defender sus propios derechos? ¿Permitiremos que nos traten como alfombras o felpudos de puerta, constantemente pisoteados sin hacer nada en nuestra defensa? ¿Hay algún equilibrio aquí? Y, si lo hay, ¿cómo podemos encontrarlo?

4. Nietzsche alegaba que el cristianismo era una religión nacida de los que eran débiles, que no tenían poder, y que por eso tomaron rasgos como la humildad y la mansedumbre, y los hicieron aparecer como buenos, algo que se debería procurar lograr. ¿Cómo responderías a este argumento?



Guía de Estudio de la Biblia: El Fruto del Espíritu / Edición para Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2010

Autor: Richard O'Fill, es escritor (El Cristiano Victorioso, Un Fruto Divino entre otros libros) y orador del ministerio Revival Sermons, ha trabajado para la iglesia en tres continentes, incluyendo siete años en las oficinas centrales de la Asociación General. Reside actualmente en Orlando, Florida, EE.UU.
Editor: Clifford Goldstein

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