sábado, 27 de febrero de 2010

Lección 10: El fruto del Espíritu es Templanza / Para el 6 de marzo de 2010


Sábado 27 de febrero.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Jueces 13 al 16; 1 Corintios 9:24-27; Filipenses 4:8; Colosenses 3:1-10; Hebreos 12:1, 2; 1 Juan 2:15, 16.

Para Memorizar: “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Cor. 9:27).

Aunque la templanza (a veces traducido como “dominio propio”) es el último fruto del Espíritu en la lista de Pablo en Gálatas 5:22 y 23, no por eso es el menor. Bien podría haber sido el primero, porque desempeña un papel importante en la maduración del fruto del Espíritu. Podría haberse dicho que el dominio propio o templanza es el cemento que mantiene unidas todas las otras cualidades.

Como todo otro fruto del Espíritu, la templanza es un don de la gracia. Ha sido llamada “la gracia disciplinada”: gracia porque es gratuito, disciplinada porque hay algo que tenemos que hacer.

El dominio propio o templanza puede sonar negativo, pero es una parte integral de la gracia misma. Si no nos controlamos a nosotros mismos –nuestros sentimientos, nuestros apetitos, nuestros impulsos–, entonces ellos nos controlan a nosotros. Por lo tanto, o es dominio propio bajo la gracia y el poder del Espíritu Santo, o es ser controlado por otro alguna persona o cosa. En última instancia, nosotros decidimos.


La paradoja del dominio propio (Fil. 2:12, 13).
Domingo 28 de febrero

Los sinónimos de templanza incluyen el dominio propio, la autodisciplina, la fortaleza de la mente, y el poder de la voluntad. Este fruto del Espíritu abarca mucho más que refrenar a los cristianos de hacer lo que está prohibido, sino que incluye capacitarse para hacer lo que es bueno.

Primera de Juan 2:15 y 16 nos amonesta a mantenernos alejados de tres deseos negativos. ¿Cuáles son? Pero ¿cómo se manifestarán en nuestras vidas si no somos cuidadosos?

Filipenses 4:8 enumera lo que debería ser el foco de la vida cristiana. ¿Cuáles son estas cosas? Hacer lo que Pablo dice aquí, ¿cómo nos protegerá de los peligros enumerados en 1 Juan 2:15, 16?

En la vida cristiana hay cosas que debemos hacer y otras que no debemos hacer. Hay una lucha constante contra el yo, contra la carne, contra los caminos del mundo. En Romanos 7:15 al 18, Pablo habla acerca de la lucha entre lo que él sabe que debe hacer y lo que él está tentado a hacer. Sin embargo, en Romanos 8:1, nos da la respuesta: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.

Él anima a caminar en el Espíritu. Una vida sin el Espíritu no puede, por sí misma, desarrollar el fruto del Espíritu. Aunque tenemos la voluntad, Pablo dice que no tenemos el poder. La respuesta al dilema del capítulo 7 no es cuándo podemos vencer sino cómo. Y el cómo se encuentra por medio de la fe en Jesús. Nos entregamos a Jesús, reclamamos su justicia, y ya no estamos condenados; nos rendimos a él y escogemos andar en el Espíritu; elegimos seguir su voluntad reclamando el cumplimiento de sus promesas de victoria. La clave es aferrarse a sus promesas; de allí viene el poder. No podemos hacerlo solos. Tenemos que hacer la elección consciente de vencer en su nombre. La lucha es tanto vertical (buscar su poder por la fe) como horizontal (batallar contra los clamores de la carne). Necesitamos hacer ambas cosas.



José y los resultados inmediatos de la justicia.
Lunes 1 de marzo

Traicionado por su propia familia y vendido como esclavo, José tenía muy buenas razones para dudar del amor, del cuidado, y aun de la existencia del Dios que había aprendido desde la niñez. Sin embargo, eso no es lo que hizo.

Lee Génesis 39:7 al 20. En estos versículos, ¿dónde encontramos la clave del porqué José actuó como lo hizo?

¿De qué modo fue “recompensado” José por rehusarse a ceder a la tentación? Gén. 39:20. Fue falsamente acusado y arrojado a la prisión.

Este es un punto importante para recordar. ¿Podemos esperar que nuestra determinación de hacer lo que es correcto, sin importar cuál sea el costo, significará que las cosas saldrán bien para nosotros a corto plazo? ¿Qué diremos de las personas que perdieron sus trabajos, sus cónyuges, sus familias, en realidad aun sus vidas, porque rehusaron entrar en componendas con el pecado? Tenemos ejemplos de esto en la Biblia y, tal vez, tú conozcas personas que han pasado por algo similar. O tal vez, tú mismo atravesaste por esto. Al final, si José hubiese pasado el resto de su vida pudriéndose en la cárcel, ¿crees que, de todos modos, hizo lo correcto?

“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gál. 6:8). ¿Qué nos está diciendo este texto? ¿Qué cosas se ponen en contraste? ¿Qué es lo que está en juego? ¿Por qué, entonces, el problema es de la máxima importancia? ¿De qué modo lo que escribe Pablo aquí nos ayuda a comprender por qué, no importa cuáles sean los resultados inmediatos, José hizo lo correcto?


Sansón y los frutos del fracaso.
Martes 2 de marzo

En Jueces 13 al 16, la Biblia registra la historia de Sansón. Lee estos capítulos (en la medida que lo permita el tiempo), recordando la idea del dominio propio y la temperancia. Hay muchas lecciones que podemos aprender de su ejemplo. Cuán trágico es que con tantos dones y tantas posibilidades se desviara tan fácilmente.

“En su peligro, Sansón dispuso de la misma fuente de fortaleza que tuvo José. Pudo elegir a voluntad lo correcto o lo erróneo; pero en vez de aferrarse de la fortaleza de Dios permitió que las indómitas pasiones de su naturaleza ejercieran un dominio pleno. Las facultades de razonamiento se pervirtieron, se corrompió su moral. Dios había llamado a Sansón a un cargo de gran responsabilidad, honra y utilidad, pero primero debía aprender a gobernar mediante el aprendizaje previo de la obediencia a las leyes de Dios. José era un ser moral libre. El bien y el mal estaban delante de él. Podía elegir el sendero de la pureza, la santidad y la honra, o la senda de la inmoralidad y la degradación. Eligió el camino correcto, y Dios lo aprobó. Sansón, ante tentaciones similares que él mismo había buscado, dio rienda suelta a la pasión. Encontró que la senda en que había entrado terminaba en vergüenza, desastre y muerte. ¡Qué contraste con la historia de José!”.–“Comentarios de Elena G. de White” (CBA 2:1001).

Lee Jueces 13:24, 25. Considerando lo que sabemos de Sansón, ¿qué mensaje y advertencia importantes se encuentran en este pasaje?

A pesar de su potencial, Sansón permitió que sus pasiones vencieran todo lo bueno que tenía. ¿Quién no ha luchado con la realidad de este conflicto? La Gran Controversia no es solo un símbolo; describe la batalla entre Cristo y Satanás, no como un conflicto cósmico en el cielo, sino también en cada ser humano. Aunque Cristo preparó el camino para que todos compartieran su victoria, la batalla por nuestro corazón y nuestra carne se desarrolla, en realidad, en nuestro corazón y nuestra carne. Es cierto, Cristo ganó todo por nosotros. Pero constantemente tenemos que escoger reclamar su victoria y, por las elecciones que hacemos, estamos decidiendo por un bando u otro en la Gran Controversia.

¿Cómo estás experimentando la realidad del gran conflicto en tu propio corazón y tu propia carne? ¿Qué elecciones estás haciendo? ¿Cómo te muestran estas elecciones de qué lado, realmente, estás?


La larga carrera de Pablo.
Miércoles 3 de marzo

“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Cor. 9:24-27).

Lee cuidadosamente y con oración las palabras de Pablo a los corintios, copiadas arriba. Nota cuánto habla acerca de sí mismo y sus luchas. Debería sernos de consuelo ver que aun un fiel cristiano como Pablo, uno de los verdaderos gigantes de la fe, tuvo que luchar con el yo, con el pecado, con la carne. No estamos solos en nuestra batalla. El cielo estará lleno de personas que conocieron los clamores de la carne.

Sobre la base de los textos copiados arriba, responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué analogía usa Pablo para ayudarnos a comprender la batalla con el yo y el pecado, que todos tenemos? ¿Cuáles son las diferencias vitales, sin embargo, entre la analogía y la realidad a la que Pablo se está refiriendo?

2. ¿Cuánta confianza tenía Pablo con respecto a la carrera en la que se encontraba? ¿De dónde provenía su confianza? ¿Por qué deberíamos tener la misma confianza?

3. Aunque Pablo muestra confianza, él también es consciente de la posibilidad del fracaso. ¿Cómo lo describe él, y cuál es la solución que da? ¿De qué manera su respuesta coincide con el tema de esta semana?


Cómo crecer en dominio propio.
Jueves 4 de marzo

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Heb. 12:1). Pablo aquí usa otra vez la analogía de la carrera. ¿Cuáles son algunos de los “pesos” que encuentras que te frenan?

Lee Colosenses 3:1 al 10. Estos versículos nos dan reglas para una vida santa como personas nuevas en Cristo. De estos versículos aprendemos varias cosas importantes que debemos hacer para crecer en el dominio propio de nuestras vidas. ¿Qué encuentras enumerado allí, y cómo puedes aplicarlos a tu propia vida de manera que te ayude a obtener la victoria sobre el pecado que nos estorba tan fácilmente?

Cada habilidad debe ser practicada. El dominio propio no aparece en un día. Viene con aciertos y errores, con éxitos y fracasos, al tratar de practicarlo día tras día. “Pelea la buena batalla de la fe” (1 Tim. 6:12); “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús” (Fil. 3:12).

No te pongas constantemente en lugares donde se prueben tus debilidades, donde tus impulsos más difíciles de controlar estarán en la línea de fuego de la tentación. Debemos evitar aun la apariencia del mal (1 Tes. 5:22). “Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Rom. 13:14).

¿Cuáles son algunas áreas de tu vida en las que definidamente te está faltando dominio propio? ¿Por qué a veces es más fácil ganar la “victoria” sobre comer un postre que ganar la victoria sobre un espíritu de amargura y resentimiento? ¿Qué cambios puedes hacer que te ayudarán a tener más dominio propio?


Para Estudiar y Meditar.
Viernes 5 de marzo

Lee en Patriarcas y profetas, el capítulo “Sansón”, pp. 603 a 613.

“La promesa que Dios hizo a Manoa se cumplió a su debido tiempo con el nacimiento de un hijo, que fue llamado Sansón. A medida que el niño crecía, se hacía evidente que poseía extraordinaria fuerza física. Sin embargo, como bien lo sabían Sansón y sus padres, esta fuerza no dependía de sus firmes músculos, sino de su condición de nazareo, simbolizada por su pelo largo.

“Si Sansón hubiera obedecido los mandamientos divinos tan fielmente como sus padres, habría sido su destino más noble y más feliz. Pero sus relaciones con los idólatras lo corrompieron. Como la ciudad de Sora estaba cerca de la región de los filisteos, Sansón trabó amistades entre ellos. Así se crearon en su juventud intimidades cuya influencia entenebreció toda su vida. Una joven que vivía en la ciudad filistea de Timnat conquistó los afectos de Sansón, y él decidió hacerla su esposa. La única contestación que dio a sus padres temerosos de Dios, que trataban de disuadirle de su propósito, fue: ‘Esta agradó a mis ojos’. Los padres cedieron por fin a sus deseos, y la boda se efectuó” (PP 606).

Preguntas Para Dialogar:

1. G. Gordon Liddy fue uno de los conspiradores de Watergate. Liddy terminó en la cárcel por este escándalo, que sacudió en los Estados Unidos en la década de 1970. Una vez, Liddy invitó a una señorita a un restaurante para una actividad criminal. Durante la conversación, ella le preguntó cómo podía saber que él no la entregaría si fuera descubierto. A fin de probarle su dominio propio, Liddy puso su dedo sobre una vela encendida en la mesa, y lo sostuvo allí hasta que su carne comenzó a quemarse. Quería mostrarle a la señorita su autocontrol. ¿De qué modo esta clase de dominio propio se compara con el fruto del Espíritu que consideramos esta semana? ¿Hay algo noble y valioso en esta clase de auto control? El dominio propio y la autodisciplina ¿son siempre buenos?

2. ¿De qué maneras el dominio propio puede llegar a ser un medio para el fanatismo? ¿Cómo podemos evitar hacer del dominio propio una forma de legalismo?

3. ¿Conoces a alguien que está sufriendo por causa de exhibir dominio propio como José y por eso está enfrentando algunas consecuencias difíciles? ¿Cómo pueden ustedes, como clase o como individuos, ayudar a esta persona a pasar esos momentos difíciles?



Guía de Estudio de la Biblia: El Fruto del Espíritu / Edición para Adultos.
Periodo: Trimestre Enero-Marzo de 2010

Autor: Richard O'Fill, es escritor (El Cristiano Victorioso, Un Fruto Divino entre otros libros) y orador del ministerio Revival Sermons, ha trabajado para la iglesia en tres continentes, incluyendo siete años en las oficinas centrales de la Asociación General. Reside actualmente en Orlando, Florida, EE.UU.
Editor: Clifford Goldstein

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